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Las FAES lo amenazaron de muerte y al mes

lo ejecutaron

Tairuma Moreno hizo todo lo que estuvo a su alcance por salvarle la vida a su hijo Giovanni Alejandro Contreras Moreno, de 19 años de edad. La casa de la abuela no fue un lugar seguro; allí lo mataron

Erick S. González Caldea
Fotos y video: Alan Márquez

Los funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) le habían advertido que si no se llevaba a su hijo del barrio se lo iban a matar. Un mes después, el 24 de julio de 2019, en medio de una razia en el barrio 70 de El Valle, ejecutaron a Giovanni Alejandro Contreras Moreno, de 19 años de edad.

 

Los agentes de las FAES allanaron la casa de Tairuma Moreno, robaron sus pertenencias y le asesinaron a su único hijo varón. “Lo mataron con cinco impactos de balas en el pecho. Se ensañaron con mi hijo”, afirma la mujer.

 

Moreno es profesional de la enfermería. Tiene 41 años de edad y siempre ha vivido en el barrio 70 de El Valle, una de las zonas populares de Caracas más asediadas por los funcionarios del cuerpo élite de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). “Cuando la policía viene mata, casi siempre a inocentes. Perder a un hijo de esta manera tan vil es algo que nunca te esperas… Qué me iba a imaginar que por vivir en el barrio me iban a matar a mi Giovanni”, señaló.

 

Giovanni Contreras fue uno de los siete asesinados por las FAES durante un operativo policial en búsqueda del responsable de la muerte de Carlos Valverde, supervisor de la PNB.  “Ese día me dijeron que alguien tenía que pagar por la muerte del policía”, sostuvo Moreno.

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Tairuma Moreno aseguró que los agentes de las FAES desvalijaron su casa antes de llevarse a su hijo | Foto: Alan Márquez

El precio de un hijo

 

El 22 de junio de 2019, un mes antes al asesinato de Giovanni Con treras, funcionarios de la PNB desplegaron un operativo en el barrio 70 de El Valle. A las 6:00 pm, tocaron la puerta de la casa de Tairuma Moreno.

 

 “Escuché los golpes en la puerta. Abrí la ventana y vi que eran los de la PNB. Me gritaron que los dejara pasar y me preguntaron con quién me encontraba. Le respondí que con mis hijos. Pero ellos me decían que estaba escondiendo a unos delincuentes; eso era mentira”, dijo la mujer.

 

Cuando irrumpieron en su casa, Giovanni Contreras se estaba bañando. “Me lo sacaron como yo lo traje al mundo, desnudo. Les pedí que lo dejaran vestirse, se los imploré. Pero no me hicieron caso. Lo querían humillar; ellos siempre quieren humillar”, recordó.

 

La madre cuenta que los funcionarios de la PNB la encerraron en una de las habitaciones, y que en la sala de la vivienda varios oficiales mantenían rodeado al joven, mientras lo interrogaban. “Escuché lo que le decían a mi hijo. Les imploraba que no me lo mataran. Di gracias a Dios porque en esa oportunidad no lo hicieron. Sin embargo, desde ese  momento él quedó sentenciado de muerte”, explicó.

 

Tairuma Moreno estaba dispuesta a pagar cualquier precio por preservar la vida de su hijo: “Vi como desvalijaron mi negocio (donde vende charcutería, ropa y papelería). Giovanni me decía que no lo permitiera, pero no me importaba, porque él estaba vivo. Solo le decía que lo material no importaba”.

 

La mujer agregó que un policía ratificó la amenaza: “Me dijo que si volvían a ver a mi hijo lo iban a matar con el FAES. Exactamente me dijo ‘Llévatelo del barrio’”.

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Los funcionarios se fueron pero en menos de 10 minutos regresaron a la casa para llevarse a Contreras detenido, continuó relatando la madre. Ella dice saber cómo funcionan las cosas con la policía: “o pagas o te matan”.

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“Presumí que a mi hijo se lo habían llevado a la comandancia de la PNB que está en la calle 1 de El Valle. Agarré el carro y me fui para allá. Cuando llegue mi hijo estaba allí. Le di gracias al Señor. No estaba muerto, como muchos que salen en las noticias”, recordó.

 

Inicialmente desconocían el delito que le imputaban al joven de 19 años. Lo único que tenían claro era una ilegal exigencia de parte de los policías a cambio de su liberación: 10.000 dólares. “Cuando ese oficial me dijo eso quede paralizada. ¿De dónde saco 10.000 dólares? Es una cifra absurda. Le respondí que si tuviera esa cantidad de dinero me hubiera ido del barrio hace tiempo, para evitar los abusos de la policía. Mi hijo se tuvo que quedar detenido”, dijo y se le quebró la voz.

 

El 25 de junio de 2019 Giovanni Contreras fue presentado ante un juez de control. Le imputaron “hurto de material estratégico”. “Los policías me dijeron que lo iban a ayudar, que no le iban a sembrar ni drogas o armas, que solo le iban a imputar ese delito. Nunca entendí esa ayuda”, sostuvo.

 

Moreno relató que a su hijo se le asignó un defensor público. “Un abogado que me conseguí en los alrededores del tribunal, se ofreció a averiguarme en dónde estaba mi hijo. Al rato volvió con la información de que quedaría preso. Le acusaron de hurtar 54 kilos de material estratégico. No sé de dónde sacaron eso”, señaló.

 

A Giovanni Contreras le concedieron libertad condicional. Debía presentarse una vez al mes ante el tribunal Al reencontrarse con su madre le contó que lo torturaron. “Me dijo que lo iban a buscar para matarlo”, indicó Tairuma.

 

Como la amenaza estaba latente, la madre convenció al joven para que se mudara a la casa de su abuela, en el sector La Pilita del mismo barrio El 70. “Mi casa estaba fichada. No podía dejar que me mataran a mi hijo. Pensé que podía salvarlo”, señaló.

Sinónimo de muerte

 

En los barrios de El Valle, FAES es sinónimo de muerte. En los primeros siete meses de 2019, 20  personas han sido asesinadas por funcionarios de las FAES, según las registros de Monitor de Víctimas.

 

Para Tairuma Moreno las FAES representan lo peor. “Son unos asesinos. En el barrio todos les tenemos miedo, porque solo van a matar, matraquear o abusar de su poder”, enfatizó.

 

El 24 de julio, las FAES arrasaron con varios de los sectores de El Valle y El Cementerio. La muerte del supervisor de la PNB motivo la acción que terminó en masacre.

 

A las 5:00 pm, Giovanni Contreras fue ejecutado frente a la casa de su abuela. Esa misma tarde, pero más temprano, Tairuma había visto a los funcionarios recorrer el barrio. Atemorizada, fue a su casa, para asegurar que su hija de 13 años estuviera a buen resguardo. A los minutos fue abordada por los policías buscaban a su hijo.

 

—Te dije que te llevaras a tu hijo, ¿dónde está?— le dijo uno de los funcionarios a la madre.

—Él no está aquí y no tiene nada que ver con la muerte de ese policía. Dejémelo tranquilo, es un muchacho sano—, respondió Tairuma.

—Hoy mato a tu hijo. Te dije que lo iba hacer—, sentenció el funcionario, antes de irse de la casa de Moreno.

 

El joven Contreras estaba en la casa de su abuela, en el sector La Pilita. A las 5:00 pm, una vecina de Tairuma le llevó la noticia: “sacaron a Giovanni de casa de tu mamá, están tumbando todas las puertas”.

                                  

Cuando Tairuma Moreno llegó a casa de su mamá, ya su hijo no estaba allí; estaba muerto en el hospital Miguel Pérez Carreño.

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